Actualidad
La violencia sexual contra niñxs, como cualquier forma de violencia, no excluye ningún grupo cultural, étnico o religioso, ocurre en todas las comunidades. La violencia sexual contra las infancias en la comunidad judía existe como en cualquier otra colectividad, aunque se piense que es algo que ocurre a “otrxs” y no a nosotrxs”.
En los últimos años se ha denunciado a padres, líderes comunitarios, rabinos, maestros por violencia sexual contra niñxs. Ocurre en las familias, en los clubes, en las escuelas, en las Yeshivot. Ocurren, también, encubrimientos, ocultamientos, silencios para proteger a los abusadores. Lxs desprotegidxs son lxs niñxs. Cuidar de ellxs es y debe ser nuestra responsabilidad.
En todas las instituciones donde asisten niñxs y adolescentes debe haber Educación Sexual Integral, incluso en las Yeshivot o espacios religiosos. El trabajo en prevención, tanto con niñxs como con adultxs, debe ser permanente. Se deben incorporar protocolos de acción ante eventuales situaciones en las escuelas, organizaciones, templos, clubes, comunidades. Todxs lxs adultxs miembros de una comunidad deben saber cómo actuar ante la sospecha de una situación de violencia sexual contra un niñx.
Debemos realizar profundos cambios respecto a cómo se aborda en la comunidad judía la problemática de la violencia sexual contra lxs niñxs. Son muchxs las víctimas y sobrevivientes entre nosotrxs.
“Lo Tishtok” en hebreo significa “No callarás”. Las comunidades y sus actores tenemos la responsabilidad de romper el silencio, el secreto y la complicidad. Hablar es empezar a prevenir.
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La violencia sexual contra niñxs, como cualquier forma de violencia, no excluye ningún grupo cultural, étnico o religioso, ocurre en todas las comunidades. La violencia sexual contra las infancias en la comunidad judía existe como en cualquier otra colectividad, aunque se piense que es algo que ocurre a “otrxs” y no a nosotrxs”.
En los últimos años se ha denunciado a padres, líderes comunitarios, rabinos, maestros por violencia sexual contra niñxs. Ocurre en las familias, en los clubes, en las escuelas, en las Yeshivot. Ocurren, también, encubrimientos, ocultamientos, silencios para proteger a los abusadores. Lxs desprotegidxs son lxs niñxs. Cuidar de ellxs es y debe ser nuestra responsabilidad.
En todas las instituciones donde asisten niñxs y adolescentes debe haber Educación Sexual Integral, incluso en las Yeshivot o espacios religiosos. El trabajo en prevención, tanto con niñxs como con adultxs, debe ser permanente. Se deben incorporar protocolos de acción ante eventuales situaciones en las escuelas, organizaciones, templos, clubes, comunidades. Todxs lxs adultxs miembros de una comunidad deben saber cómo actuar ante la sospecha de una situación de violencia sexual contra un niñx.
Debemos realizar profundos cambios respecto a cómo se aborda en la comunidad judía la problemática de la violencia sexual contra lxs niñxs. Son muchxs las víctimas y sobrevivientes entre nosotrxs.
“Lo Tishtok” en hebreo significa “No callarás”. Las comunidades y sus actores tenemos la responsabilidad de romper el silencio, el secreto y la complicidad. Hablar es empezar a prevenir.