Testimonios
Después de un año de trabajo totalmente virtual, podemos pensar nuestra labor en esta modalidad que dejó de ser una novedad y se convirtió en lo habitual.
Todas nuestras áreas viraron hacia la virtualidad. Las entrevistas individuales, las conjuntas con las abogadas, los encuentros grupales, tomaron la calidez y brindan la seguridad que los encuentros presenciales antes generaban.
Los talleres para las mujeres que asisten a los grupos fueron pensados específicamente para la modalidad online, utilizando herramientas y realizando consignas que aprovechan el medio. En los grupos podemos compartir material, ya sean videos, imágenes o artículos sobre algún tema que estamos trabajando o que se habló en la reunión anterior y ésto enriquece mucho la interacción entre todas.
En nuestra experiencia, pareciera que, en vez de haber excluido, esta modalidad incluyó a más mujeres. La cantidad de grupos se duplicó en este año!
En el cambio algo dejamos ir y algo inesperado aparece y nos da fuerzas para seguir con nuestro trabajo.
Comenzó a pasar en los grupos de ayuda mutua que mientras alguna mujer habla de sus situación, las otras espontáneamente escriben su reflexión sobre lo que está escuchando, y se abre esta nueva puerta de expresión que es la palabra escrita.
Hay en estos chats una sinceridad, una sabiduría, un poder de síntesis y una profundidad que a diferencia de lo hablado, queda disponible para releer y retomar. Son mensajes que dan fuerzas, de comprensión, de amor, de compañerismo. Esto nos alegra mucho.
Seguimos ampliando esta red de mujeres que salen juntas de las situaciones de violencia. Que se liberan de opresiones y mandatos, que se piensan y se entienden, se miran y se acompañan en el sentimiento y no hay pantalla que separe la unión que genera el crecer en grupo.
Testimonios
Después de un año de trabajo totalmente virtual, podemos pensar nuestra labor en esta modalidad que dejó de ser una novedad y se convirtió en lo habitual.
Todas nuestras áreas viraron hacia la virtualidad. Las entrevistas individuales, las conjuntas con las abogadas, los encuentros grupales, tomaron la calidez y brindan la seguridad que los encuentros presenciales antes generaban.
Los talleres para las mujeres que asisten a los grupos fueron pensados específicamente para la modalidad online, utilizando herramientas y realizando consignas que aprovechan el medio. En los grupos podemos compartir material, ya sean videos, imágenes o artículos sobre algún tema que estamos trabajando o que se habló en la reunión anterior y ésto enriquece mucho la interacción entre todas.
En nuestra experiencia, pareciera que, en vez de haber excluido, esta modalidad incluyó a más mujeres. La cantidad de grupos se duplicó en este año!
En el cambio algo dejamos ir y algo inesperado aparece y nos da fuerzas para seguir con nuestro trabajo.
Comenzó a pasar en los grupos de ayuda mutua que mientras alguna mujer habla de sus situación, las otras espontáneamente escriben su reflexión sobre lo que está escuchando, y se abre esta nueva puerta de expresión que es la palabra escrita.
Hay en estos chats una sinceridad, una sabiduría, un poder de síntesis y una profundidad que a diferencia de lo hablado, queda disponible para releer y retomar. Son mensajes que dan fuerzas, de comprensión, de amor, de compañerismo. Esto nos alegra mucho.
Seguimos ampliando esta red de mujeres que salen juntas de las situaciones de violencia. Que se liberan de opresiones y mandatos, que se piensan y se entienden, se miran y se acompañan en el sentimiento y no hay pantalla que separe la unión que genera el crecer en grupo.