Dudas, incertidumbres y nuestras respuestas
Testimonios
Día a día en nuestra tarea nos encontramos con distintos momentos en el proceso que van atravesando las mujeres para vivir una vida sin violencia. Uno muy importante es la toma de decisión de realizar una denuncia por violencia. Surgen dudas, incertidumbres y miedos, pero es también a partir de ese momento que las mujeres toman mayor dimensión de lo que viven y una nueva actitud frente a su situación.
A continuación les compartimos algunas de las inquietudes y reflexiones que surgen a partir de la denuncia:
“Aun no puedo denunciar, me da miedo todo lo que viene, que se ponga más violento, que se ponga loco.”
¿Es ese miedo mayor que el miedo que él te produce ahora?
Es un miedo que todas tienen, hasta que se dan cuenta que vienen resistiendo la violencia y el peligro muy solas. Puede ser molesto tener un botón antipánico, o que las llamen de la fiscalía para preguntarles cómo van las cosas... Comparado con lo que vivían, la molestia será menor y el miedo también. Sin denuncia están sin protección. Con la denuncia hacen público lo que les ocurre en privado, van armando una red de contención, a la cual pueden recurrir. No están solas, y ellos lo saben y, en general, frenan.
“La denuncia me permitió dormir tranquila, fue difícil denunciar al padre de mis hijas, pero él no cambiaba, no paraba. Finalmente tuve que priorizar mi protección y las de mis hijas. Le dieron restricción de acercamiento hacia mí y hacia mis hijas. Al principio ellas lo extrañaban, no entendían, pero al poco tiempo empezaron a hablar de lo que a ellas les pasaba con el papá. Ellas también le tenían miedo, miedo de contradecirlo, miedo de hacer algo mal y que el papa se enojara mucho”
- Cuando el papá violento no está en casa, se puede hablar con libertad. Para expresarse libremente, la seguridad física y emocional deben estar garantizadas. La libertad, se pierde cuando se convive con una persona violenta.
“Antes de denunciarlo, me daba miedo quedarme a cargo de todo sola. Después me di cuenta que resultó más fácil de lo que pensaba. Al ahorrarme el esfuerzo que hacía a diario para que todo estuviera tranquilo para que él no se saque, todos estábamos aliviados. Sentí un gran alivio.”
- Casi todas las mujeres en situación de violencia piensan que ellas van a poder controlar las situaciones, y pasan años "regulando" lo que dicen, lo que hacen ellas y sus hijos, creyendo que van a poder evitar que la violencia ocurra. Lentamente van comprobando que no alcanza el deseo de que no siga pasando, como tampoco es suficiente lo que hagan. Parar la violencia es responsabilidad del que la ejerce. Las mujeres pueden pedir ayuda y protegerse, no está en sus manos detener la violencia.
“Lo peor de haber tardado tanto en hacer la denuncia es el impacto de la violencia por años en la vida de mis hijos, tengo un hijo que se comporta como su papá. Eso es lo que más me angustia, no lo puedo soportar. “
-Que les niñes vean como tratan a su mamá, es una enseñanza. Les hijes aprenden del violento, esa enseñanza es una de las formas de violentar, no cuidar, es un daño enorme que no siempre se dimensiona como corresponde. Por otro lado, el maltrato hacia la madre lesiona la autoridad materna, lo que repercute en el vínculo entre madre-hije. La autoridad materna indemne es importante para el cuidado y crianza de les hijes. Les hijes necesitan de esa autoridad para crecer. Las mujeres madres maltratadas refieren que les hijes no le hacen caso, que les cuesta mantener las pautas de convivencia, esto es debido a que la autoridad ha sido dañada, en eso hay también que trabajar.
“Tener un padre que cuida es valioso, pero cuando el padre pone en riesgo a tus hijos, es más valioso la seguridad. Mis hijos no están viendo a su papá, sigue la restricción de acercamiento. Ahora tienen menos cosas, no importa, ahora vivimos tranquilos. El dice que los quiere ver, que son sus hijos, que los ama. y al mismo tiempo no hace terapia, habla mal de mi y no paga la cuota alimentaria. Eso no es amor.”
- Cuando hablamos de riesgo, consideramos tanto el riesgo emocional como físico, La seguridad emocional y física son condiciones necesarias para el desarrollo saludable de un niñe, y la restricción de acercamiento tiene como finalidad la protección. Los padres tienen derechos y obligaciones. Una obligación básica es el buen trato. El derecho a verlos y mantener contacto queda en pausa, a causa de la violencia, les jueces son quienes toman "los hechos" para decidir por sí, o por no una medida de restricción de acercamiento. Hay algo que los padres pueden hacer para volver a establecer contacto con sus hijes? Si. Los padres, pueden pedir ayuda, hacer un tratamiento especializado en violencia. La decisión es de ellos.
Dudas, incertidumbres y nuestras respuestas
Testimonios
Día a día en nuestra tarea nos encontramos con distintos momentos en el proceso que van atravesando las mujeres para vivir una vida sin violencia. Uno muy importante es la toma de decisión de realizar una denuncia por violencia. Surgen dudas, incertidumbres y miedos, pero es también a partir de ese momento que las mujeres toman mayor dimensión de lo que viven y una nueva actitud frente a su situación.
A continuación les compartimos algunas de las inquietudes y reflexiones que surgen a partir de la denuncia:
“Aun no puedo denunciar, me da miedo todo lo que viene, que se ponga más violento, que se ponga loco.”
¿Es ese miedo mayor que el miedo que él te produce ahora?
Es un miedo que todas tienen, hasta que se dan cuenta que vienen resistiendo la violencia y el peligro muy solas. Puede ser molesto tener un botón antipánico, o que las llamen de la fiscalía para preguntarles cómo van las cosas... Comparado con lo que vivían, la molestia será menor y el miedo también. Sin denuncia están sin protección. Con la denuncia hacen público lo que les ocurre en privado, van armando una red de contención, a la cual pueden recurrir. No están solas, y ellos lo saben y, en general, frenan.
“La denuncia me permitió dormir tranquila, fue difícil denunciar al padre de mis hijas, pero él no cambiaba, no paraba. Finalmente tuve que priorizar mi protección y las de mis hijas. Le dieron restricción de acercamiento hacia mí y hacia mis hijas. Al principio ellas lo extrañaban, no entendían, pero al poco tiempo empezaron a hablar de lo que a ellas les pasaba con el papá. Ellas también le tenían miedo, miedo de contradecirlo, miedo de hacer algo mal y que el papa se enojara mucho”
- Cuando el papá violento no está en casa, se puede hablar con libertad. Para expresarse libremente, la seguridad física y emocional deben estar garantizadas. La libertad, se pierde cuando se convive con una persona violenta.
“Antes de denunciarlo, me daba miedo quedarme a cargo de todo sola. Después me di cuenta que resultó más fácil de lo que pensaba. Al ahorrarme el esfuerzo que hacía a diario para que todo estuviera tranquilo para que él no se saque, todos estábamos aliviados. Sentí un gran alivio.”
- Casi todas las mujeres en situación de violencia piensan que ellas van a poder controlar las situaciones, y pasan años "regulando" lo que dicen, lo que hacen ellas y sus hijos, creyendo que van a poder evitar que la violencia ocurra. Lentamente van comprobando que no alcanza el deseo de que no siga pasando, como tampoco es suficiente lo que hagan. Parar la violencia es responsabilidad del que la ejerce. Las mujeres pueden pedir ayuda y protegerse, no está en sus manos detener la violencia.
“Lo peor de haber tardado tanto en hacer la denuncia es el impacto de la violencia por años en la vida de mis hijos, tengo un hijo que se comporta como su papá. Eso es lo que más me angustia, no lo puedo soportar. “
-Que les niñes vean como tratan a su mamá, es una enseñanza. Les hijes aprenden del violento, esa enseñanza es una de las formas de violentar, no cuidar, es un daño enorme que no siempre se dimensiona como corresponde. Por otro lado, el maltrato hacia la madre lesiona la autoridad materna, lo que repercute en el vínculo entre madre-hije. La autoridad materna indemne es importante para el cuidado y crianza de les hijes. Les hijes necesitan de esa autoridad para crecer. Las mujeres madres maltratadas refieren que les hijes no le hacen caso, que les cuesta mantener las pautas de convivencia, esto es debido a que la autoridad ha sido dañada, en eso hay también que trabajar.
“Tener un padre que cuida es valioso, pero cuando el padre pone en riesgo a tus hijos, es más valioso la seguridad. Mis hijos no están viendo a su papá, sigue la restricción de acercamiento. Ahora tienen menos cosas, no importa, ahora vivimos tranquilos. El dice que los quiere ver, que son sus hijos, que los ama. y al mismo tiempo no hace terapia, habla mal de mi y no paga la cuota alimentaria. Eso no es amor.”
- Cuando hablamos de riesgo, consideramos tanto el riesgo emocional como físico, La seguridad emocional y física son condiciones necesarias para el desarrollo saludable de un niñe, y la restricción de acercamiento tiene como finalidad la protección. Los padres tienen derechos y obligaciones. Una obligación básica es el buen trato. El derecho a verlos y mantener contacto queda en pausa, a causa de la violencia, les jueces son quienes toman "los hechos" para decidir por sí, o por no una medida de restricción de acercamiento. Hay algo que los padres pueden hacer para volver a establecer contacto con sus hijes? Si. Los padres, pueden pedir ayuda, hacer un tratamiento especializado en violencia. La decisión es de ellos.