Testimonios
En estos tiempos tan distintos, la palabra ha tomado un valor especialmente activo.
Cada grupo de mujeres viene profundizando cada vez más conceptos que durante años tuvieron significados estancos.
Hoy las mujeres en conjunto deconstruyen el amor, la belleza y la familia con total libertad.
“… que bueno limpiar la cabeza y empezar a usarla sin esos mandatos patriarcales”
En cada reunión el discurso fluye y se interrumpe solamente porque una mujer le cede la palabra a otra. Hoy, en tiempos de encuentros virtuales, alguien pide la palabra a partir de una seña, para no callar la palabra de nadie.
Cada vez son más las mujeres que se animan a cuestionar aquello aprendido.
Surgen nuevas preguntas y respuestas.
¿Qué es la belleza? ¿Qué es el amor? ¿Qué es una familia?
Vamos deconstruyendo estereotipos y armando nuevas construcciones de significado.
“Durante siglos nos enseñaron a que no nos podíamos pensar, nos enseñaron a ser pensadas y cuando nos damos cuenta no podemos creer que seamos pensadas por ellos y ahí es cuando empezamos a darnos cuenta que podemos pensar por nosotras mismas y rechazar tanta estupidez, de ese mandato social del rol de la mujer en que nos encarcelaron como género sometido al varón”
En uno de los grupos de ayuda mutua, una mujer cuenta haber estado angustiada en la semana por un cuestionamiento de su propia hermana y madre respecto de su cuerpo, al instante logra identificar que esta modalidad tuvo lugar en toda su infancia y juventud.
Las mujeres del grupo impactadas rápidamente problematizan la belleza, defienden y abrazan a su compañera con las palabras.
¿Por qué este hecho fue terapéutico?
Porque se logró trabajar con las mujeres autoestima y empoderamiento; fundamentales para la salida de la violencia.
Resulta efectivo tanto para la mujer que trae la situación al grupo, como para aquellas que vivieron, viven o vivirán una situación similar.
“El primer paso es el más difícil, el más grande, que es el darse cuenta.”
“Me pregunto ¿Qué cambió? ¿Qué va a cambiar? Me pareció de mucha sabiduría entender que hay situaciones por las que vamos a volver a pasar, pero no tienen por qué ser iguales. Podemos poner nuevas pautas y reglas. ”
“Acordémonos de pedir ayuda cuando no vemos claridad. No tenemos que esperar al próximo encuentro .”
“Gracias chicas, gracias.”
Cada semana alguna experiencia de una mujer aporta nuevos elementos para seguir trabajando y fortaleciendo a cada una en su proceso hacia la meta. Una vida sin violencia.
Cecilia Tysz
Testimonios
En estos tiempos tan distintos, la palabra ha tomado un valor especialmente activo.
Cada grupo de mujeres viene profundizando cada vez más conceptos que durante años tuvieron significados estancos.
Hoy las mujeres en conjunto deconstruyen el amor, la belleza y la familia con total libertad.
“… que bueno limpiar la cabeza y empezar a usarla sin esos mandatos patriarcales”
En cada reunión el discurso fluye y se interrumpe solamente porque una mujer le cede la palabra a otra. Hoy, en tiempos de encuentros virtuales, alguien pide la palabra a partir de una seña, para no callar la palabra de nadie.
Cada vez son más las mujeres que se animan a cuestionar aquello aprendido.
Surgen nuevas preguntas y respuestas.
¿Qué es la belleza? ¿Qué es el amor? ¿Qué es una familia?
Vamos deconstruyendo estereotipos y armando nuevas construcciones de significado.
“Durante siglos nos enseñaron a que no nos podíamos pensar, nos enseñaron a ser pensadas y cuando nos damos cuenta no podemos creer que seamos pensadas por ellos y ahí es cuando empezamos a darnos cuenta que podemos pensar por nosotras mismas y rechazar tanta estupidez, de ese mandato social del rol de la mujer en que nos encarcelaron como género sometido al varón”
En uno de los grupos de ayuda mutua, una mujer cuenta haber estado angustiada en la semana por un cuestionamiento de su propia hermana y madre respecto de su cuerpo, al instante logra identificar que esta modalidad tuvo lugar en toda su infancia y juventud.
Las mujeres del grupo impactadas rápidamente problematizan la belleza, defienden y abrazan a su compañera con las palabras.
¿Por qué este hecho fue terapéutico?
Porque se logró trabajar con las mujeres autoestima y empoderamiento; fundamentales para la salida de la violencia.
Resulta efectivo tanto para la mujer que trae la situación al grupo, como para aquellas que vivieron, viven o vivirán una situación similar.
“El primer paso es el más difícil, el más grande, que es el darse cuenta.”
“Me pregunto ¿Qué cambió? ¿Qué va a cambiar? Me pareció de mucha sabiduría entender que hay situaciones por las que vamos a volver a pasar, pero no tienen por qué ser iguales. Podemos poner nuevas pautas y reglas. ”
“Acordémonos de pedir ayuda cuando no vemos claridad. No tenemos que esperar al próximo encuentro .”
“Gracias chicas, gracias.”
Cada semana alguna experiencia de una mujer aporta nuevos elementos para seguir trabajando y fortaleciendo a cada una en su proceso hacia la meta. Una vida sin violencia.
Cecilia Tysz