Actualidad
No soy Culpable
La vida cotidiana de las mujeres víctimas de violencias está llena de exigencias.
Las mujeres viven años probando diferentes estrategias para tratar de que sus parejas no se violenten. Ellas creen que hay algo que podrían hacer, algo que deberían haber hecho para ayudarlos a frenar esa violencia. Se sobre exigen, se esfuerzan para que la vida se parezca a lo que soñaron, para defender lo que les enseñaron que debían defender, la familia. Todo su entorno espera que ellas lo resuelvan, la familia, sus hijes, el hombre violento, el sistema en general.
Las acciones y las palabras se tiñen de significado, y la ausencia de acciones y palabras, también. Las exigencias a las víctimas y la falta de exigencias a los victimarios significa para ellas que ellas mismas son las culpables . Los mensajes que reciben son culpabilizadores.
“Para todos yo era la culpable de no poder arreglar las cosas, por contradecirlo, o por que hablaba demasiado. Me decían, así son los hombres, si vos le tenés paciencia todo va a estar mejor. Traté durante años de organizar mi casa, las cosas de los chicos y hacer todo para que no se enoje, pero siempre surgía algo nuevo, y se ponía violento. Él me decía que yo lo provocaba, que era culpable de los problemas de la familia. De a poco empecé a sentirme culpable. También me siento culpable por haberles dado a mis hijos un padre violento”
¿Cómo no sentirse culpable si todas las personas alrededor te culpabilizan?
“no supe qué más hacer, fuí a terapia , hablé y hablé mil veces con él para que pida ayuda, cuidé a mis hijos, los lleve a terapia, deje de dormir, me empobrecí, y aun así...vivo con angustia y culpa. A veces me preguntan, y cuando no me preguntan, me pregunto . ¿Exagero? ¿Tendré que aguantar más?
Dejemos algo bien claro, las mujeres víctimas de violencia, no son culpables. No son quienes deberían pedir perdón. Habría que pedirles perdón a ellas.
Perdón por callarme.
Perdón por no creerte.
Perdón por no ayudarte.
Perdón por no llamarte.
Perdón por condenarte.
Perdón por alejarme.
Perdón por hacer como si no pasaba nada.
Perdón por no ir más a tu casa.
Perdón por no acompañarte a hacer una denuncia.
Perdón por maltratarte.
Perdón.
A no confundir, el perdón no es el acto de decir perdón. El perdón es un proceso, y sólo va ocurriendo cuando las acciones son reparadoras, no antes. Hechos, no palabras.
En el proceso de sanación de las heridas de la violencia, las mujeres trabajan en este proceso de desculpabilizarse. Comprenden porqué se han sentido culpables, ven los esfuerzos que realizaron para vivir en paz, y dirigen esa fuerza hacia su nueva vida.
“HOY NO ME SIENTO CULPABLE , NO ME JUZGO”
Me perdono por todo aquello que no me podía perdonar,
El más importante de los perdones, el propio.
Shaná Tová! U Metuká!
Que tengamos un año Bueno y Dulce!
Fernanda Tarica
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No soy Culpable
La vida cotidiana de las mujeres víctimas de violencias está llena de exigencias.
Las mujeres viven años probando diferentes estrategias para tratar de que sus parejas no se violenten. Ellas creen que hay algo que podrían hacer, algo que deberían haber hecho para ayudarlos a frenar esa violencia. Se sobre exigen, se esfuerzan para que la vida se parezca a lo que soñaron, para defender lo que les enseñaron que debían defender, la familia. Todo su entorno espera que ellas lo resuelvan, la familia, sus hijes, el hombre violento, el sistema en general.
Las acciones y las palabras se tiñen de significado, y la ausencia de acciones y palabras, también. Las exigencias a las víctimas y la falta de exigencias a los victimarios significa para ellas que ellas mismas son las culpables . Los mensajes que reciben son culpabilizadores.
“Para todos yo era la culpable de no poder arreglar las cosas, por contradecirlo, o por que hablaba demasiado. Me decían, así son los hombres, si vos le tenés paciencia todo va a estar mejor. Traté durante años de organizar mi casa, las cosas de los chicos y hacer todo para que no se enoje, pero siempre surgía algo nuevo, y se ponía violento. Él me decía que yo lo provocaba, que era culpable de los problemas de la familia. De a poco empecé a sentirme culpable. También me siento culpable por haberles dado a mis hijos un padre violento”
¿Cómo no sentirse culpable si todas las personas alrededor te culpabilizan?
“no supe qué más hacer, fuí a terapia , hablé y hablé mil veces con él para que pida ayuda, cuidé a mis hijos, los lleve a terapia, deje de dormir, me empobrecí, y aun así...vivo con angustia y culpa. A veces me preguntan, y cuando no me preguntan, me pregunto . ¿Exagero? ¿Tendré que aguantar más?
Dejemos algo bien claro, las mujeres víctimas de violencia, no son culpables. No son quienes deberían pedir perdón. Habría que pedirles perdón a ellas.
Perdón por callarme.
Perdón por no creerte.
Perdón por no ayudarte.
Perdón por no llamarte.
Perdón por condenarte.
Perdón por alejarme.
Perdón por hacer como si no pasaba nada.
Perdón por no ir más a tu casa.
Perdón por no acompañarte a hacer una denuncia.
Perdón por maltratarte.
Perdón.
A no confundir, el perdón no es el acto de decir perdón. El perdón es un proceso, y sólo va ocurriendo cuando las acciones son reparadoras, no antes. Hechos, no palabras.
En el proceso de sanación de las heridas de la violencia, las mujeres trabajan en este proceso de desculpabilizarse. Comprenden porqué se han sentido culpables, ven los esfuerzos que realizaron para vivir en paz, y dirigen esa fuerza hacia su nueva vida.
“HOY NO ME SIENTO CULPABLE , NO ME JUZGO”
Me perdono por todo aquello que no me podía perdonar,
El más importante de los perdones, el propio.
Shaná Tová! U Metuká!
Que tengamos un año Bueno y Dulce!
Fernanda Tarica