Actualidad
Por Paula Iudica
El 8 de marzo las mujeres paramos por segundo año consecutivo en el marco del Paro Internacional de Mujeres. Este año la convocatoria se hizo en más de 70 países.
La fuerza y las dimensiones del Paro Internacional de Mujeres hablan por sí solas. ¿Qué está ocurriendo en el mundo? Las mujeres nos organizamos y juntas nos empoderamos. Tejemos redes que traspasan las fronteras, porque entendemos que son políticas, no reales, y nos sentimos identificadas entre nosotras más allá de nuestro idioma, etnia, religión, estrato social o profesión. Somos un colectivo, porque entendemos que el individualismo no nos lleva a ninguna parte. Lo que le pasa a una, nos afecta a todas. Nos organizamos, paramos y nos movilizamos para transformar el mundo en el que vivimos: queremos un futuro seguro, justo e igualitario en el cual todas las mujeres sean libres y disfruten plenamente de sus derechos.
Paramos todas porque vemos el mundo y la vida de forma integral. La casa, la familia, los/as hijos/as, el trabajo, las instituciones, la calle no son ámbitos separados. Cuando sufrimos algún tipo de violencia, nos afecta en todas las áreas de nuestras vidas. En nuestro desarrollo personal, en nuestro trabajo, en nuestro rol como madres, en nuestra salud, en cómo nos percibimos a nosotras
mismas, en nuestra autoestima, en cómo proyectamos nuestro futuro, en nuestra vida social.
Todos los lugares que transitamos, desde el más privado, la casa, hasta el más público, la calle, representan para nosotras espacios de violencia y desigualdad. Porque sufrimos violencia por parte de nuestras parejas, porque las tareas del hogar y de cuidado de nuestros/as familiares recae sobre nuestros hombros, y eso es trabajo no remunerado que nos impide crecer y tener tiempo libre. Porque más de un tercio de las trabajadoras están precarizadas, porque aún existe una brecha salarial, porque no tenemos acceso a la justicia, porque estamos subrepresentadas en los medios de comunicación y porque los estereotipos nos dañan y nos limitan. Porque padecemos acoso en la calle y se sigue culpando a las víctimas en los casos de violación.
Porque nuestros/as hijos/as son víctimas de la misma violencia que padecemos en nuestros hogares, y cuando nos empobrecen también ellos/as están condenados/as a vivir infancias pobres.
Paramos por las ya no están. La expresión más extrema de esta violencia, el femicidio, alcanza cifras alarmantes. En nuestro país hay un femicidio cada 30 horas. Se cuadruplicaron los femicidios de chicas jóvenes entre 16 y 20 años, y se triplicaron los asesinatos de víctimas de entre 11 a 15. En nuestra región todos los días 12 mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres. 14 de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de femicidios se encuentran en América Latina.
Las mujeres somos más de la mitad de la población del mundo y nos unimos para defender nuestros derechos y exigir medidas urgentes para que se detenga la violencia. No nos quedamos sentadas,nos paramos y paramos. Porque todas tenemos el derecho a vivir una vida sin violencia.
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Por Paula Iudica
El 8 de marzo las mujeres paramos por segundo año consecutivo en el marco del Paro Internacional de Mujeres. Este año la convocatoria se hizo en más de 70 países.
La fuerza y las dimensiones del Paro Internacional de Mujeres hablan por sí solas. ¿Qué está ocurriendo en el mundo? Las mujeres nos organizamos y juntas nos empoderamos. Tejemos redes que traspasan las fronteras, porque entendemos que son políticas, no reales, y nos sentimos identificadas entre nosotras más allá de nuestro idioma, etnia, religión, estrato social o profesión. Somos un colectivo, porque entendemos que el individualismo no nos lleva a ninguna parte. Lo que le pasa a una, nos afecta a todas. Nos organizamos, paramos y nos movilizamos para transformar el mundo en el que vivimos: queremos un futuro seguro, justo e igualitario en el cual todas las mujeres sean libres y disfruten plenamente de sus derechos.
Paramos todas porque vemos el mundo y la vida de forma integral. La casa, la familia, los/as hijos/as, el trabajo, las instituciones, la calle no son ámbitos separados. Cuando sufrimos algún tipo de violencia, nos afecta en todas las áreas de nuestras vidas. En nuestro desarrollo personal, en nuestro trabajo, en nuestro rol como madres, en nuestra salud, en cómo nos percibimos a nosotras
mismas, en nuestra autoestima, en cómo proyectamos nuestro futuro, en nuestra vida social.
Todos los lugares que transitamos, desde el más privado, la casa, hasta el más público, la calle, representan para nosotras espacios de violencia y desigualdad. Porque sufrimos violencia por parte de nuestras parejas, porque las tareas del hogar y de cuidado de nuestros/as familiares recae sobre nuestros hombros, y eso es trabajo no remunerado que nos impide crecer y tener tiempo libre. Porque más de un tercio de las trabajadoras están precarizadas, porque aún existe una brecha salarial, porque no tenemos acceso a la justicia, porque estamos subrepresentadas en los medios de comunicación y porque los estereotipos nos dañan y nos limitan. Porque padecemos acoso en la calle y se sigue culpando a las víctimas en los casos de violación.
Porque nuestros/as hijos/as son víctimas de la misma violencia que padecemos en nuestros hogares, y cuando nos empobrecen también ellos/as están condenados/as a vivir infancias pobres.
Paramos por las ya no están. La expresión más extrema de esta violencia, el femicidio, alcanza cifras alarmantes. En nuestro país hay un femicidio cada 30 horas. Se cuadruplicaron los femicidios de chicas jóvenes entre 16 y 20 años, y se triplicaron los asesinatos de víctimas de entre 11 a 15. En nuestra región todos los días 12 mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres. 14 de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de femicidios se encuentran en América Latina.
Las mujeres somos más de la mitad de la población del mundo y nos unimos para defender nuestros derechos y exigir medidas urgentes para que se detenga la violencia. No nos quedamos sentadas,nos paramos y paramos. Porque todas tenemos el derecho a vivir una vida sin violencia.
TELÉFONO
(011) 4701-5890
+54 9 11 4940-7973
Lunes de 12.00 a 19.00 hs.
De martes a jueves de 9.00 a 19.00 hs.
DIRECCIÓN
Bonpland 723, CABA
EMAIL
info@shalombait.org.ar
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INSTAGRAM
144 - TODO EL PAIS
Asesoramiento, orientación, información y contención a mujeres víctimas de violencia.
137 - CABA
Atención y orientación a víctimas de violencia. Realiza intervenciones domiciliarias con un equipo móvil en situaciones de urgencia y acompañamiento en la realización de denuncias.
102 - CABA
Información y derivaciones en situaciones de maltrato y abuso sexual a Niñas, Niños y Adolescentes.
OVD
Recibe denuncias de violencia doméstica las 24 hs.
Dirección: Lavalle 1250.
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